Una batalla desigual
Una batalla desigual
Sinesio López Jiménez
Esta segunda vuelta es una batalla desigual. Ollanta no sólo se confronta electoralmente con Keiko Fujimori sino también con todos los poderes (los grandes grupos empresariales, los medios, García, presidente de la República y Cipriani, el jefe de la Iglesia Católica conservadora) que la respaldan. No es poca cosa. Estos apoyos, especialmente el de los medios (que han renunciado al pluralismo y al equilibrio informativo) y el de García, quien está obligado (por su función) a mantener la neutralidad, han hecho que el proceso electoral no sea justo, que pierda su carácter competitivo y que sus resultados corran el riesgo de no ser legítimos. Al JNE se le ha escapado de las manos la conducción del proceso electoral. ¿Y qué dicen los observadores internacionales?.