Este año por el Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles, celebrado el 21 de setiembre, el WRM, junto a diversas organizaciones y redes a nivel mundial, lanzó una declaración para condenar la expansión del modelo industrial de plantaciones de la palma aceitera, que conlleva un creciente número de impactos económicos, sociales, culturales y ambientales. Una vez más, anhelando romper el círculo de silencio en torno a las trasgresiones enfrentadas por las comunidades cuyos territorios son invadidos y rodeados por estos monocultivos, gritamos fuerte y claro: ¡Las plantaciones no son bosques!
Las plantaciones para uso industrial de palma aceitera son el tipo de monocultivo que se ha expandido más rápidamente en las últimas décadas. En el período 1990-2010 estas plantaciones se triplicaron a escala mundial, especialmente en Indonesia y Malasia. En los últimos 15 años, una serie de tratados de libre comercio ha favorecido la última ola expansiva, no sólo en Indonesia y Malasia sino también en países de África y América Latina. Otra tendencia importante que impulsa la expansión de las plantaciones de palma aceitera tiene que ver con la creciente demanda de agrocombustibles, proveniente sobre todo de Europa.