Objetores del crecimiento
Objetores del crecimiento
Por Juan Torres López (*)
Una de las obsesiones más comunes a casi todos los dirigentes políticos es lograr que aumente el Producto Interior Bruto (PIB), que se registren tasas cada vez más altas de crecimiento económico. Pero utilizar el PIB para medir el crecimiento de nuestras economías sólo puede proporcionar una medida muy grosera de lo que en realidad está creciendo y de cómo nos afecta a todos. El bienestar humano tiene que ver no sólo con lo que tiene valor monetario sino con cosas como la seguridad o la satisfacción material o espiritual, la felicidad, que hoy día no se computan en el PIB. El crecimiento que muestra el PIB es ficticio, porque no refleja los costes que, aunque no sean monetarios, están claramente asociados a la actividad económica. Tampoco nos dice nada acerca de cómo se reparte lo que está creciendo. La economía puede marchar divinamente pero, en realidad, sólo les va bien o mucho mejor a unos pocos, como viene ocurriendo en los últimos años de gran incremento de las desigualdades.