► Su conducta matonesca le sirve para disimular su decadencia
► No está a la altura del reto de los dos gigantes China y Rusia
► Estados nación de antiguas raíces resurgen y actúan enérgicamente defendiendo sus intereses y zonas de influencia
Por Dmitry Orlov
Es un trabajo duro ser un hegemón global y la única superpotencia del mundo.
Tienes que mantener a todo el planeta a raya. Cada país necesita que se le enseñe su lugar, y que se le mantenga allí, por la fuerza si es necesario. De vez en cuando uno o dos países tienen que ser conquistados o destruidos, solo para enseñar a otros una lección. Además, hay que inmiscuirse implacablemente en la política de otros países, amañando las elecciones para que solo los candidatos amigables con Estados Unidos puedan ganar, llevar a cabo operaciones de cambio de régimen y organizar revoluciones de color. Deja de hacer esto, y algunos países comenzarán a ignorarte. Y luego el resto se dará cuenta rápidamente de que estás perdiendo el control y se irán por caminos separados mientras te ignoran.
¿Es Estados Unidos todavía la mayor potencia del mundo, que tiene el control de todo el planeta, o ese momento en la historia ya llegó y pasó? Constantemente escuchamos cómo la situación se está volviendo desesperada: las relaciones entre los Estados Unidos y los países de la OTAN y Rusia van de mal en peor; hay una guerra comercial en curso con China; Corea del Norte sigue siendo un problema intratable y una vergüenza [por su actitud desafiante hacia EE. UU.].
Mucha gente sostiene que estamos muy cerca de una guerra mundial. ¿Pero “muy cerca” realmente significa algo? Es muy posible estar parado durante horas al borde de un acantilado y no saltar nunca. El suicidio es una gran decisión: grande incluso para una persona, mucho más grande para un país grande.
El 1 de marzo de 2018, el presidente Putin dio a conocer los nuevos sistemas de armas de Rusia contra los cuales Estados Unidos está indefenso y lo seguirá estando en el futuro previsible. Anteriormente, el plan era rodear a Rusia con bases militares y baterías de misiles, luego lanzar un primer ataque preventivo, destruyendo su capacidad de tomar represalias y obligándola a capitular.
Este plan ha fracasado ahora de manera concluyente, y un ataque de EE.UU./OTAN contra Rusia sería, hay que señalarlo una vez más, un garantizado acto de suicidio. Peor que eso, incluso los enfrentamientos militares limitados son ahora en su mayoría impensables, porque ahora Rusia puede infligir daños inaceptables a las fuerzas de EE.UU./OTAN desde una distancia segura y sin poner en riesgo ninguno de sus propios activos. Si Rusia no ataca y los EE.UU./OTAN no pueden atacar, ¿entonces qué tan probable es una guerra?
Los nuevos sistemas de armas han hecho posible empezar a ignorar a los Estados Unidos. Sigue siendo importante mantener una postura militar creíble, pero políticamente Estados Unidos ya no tiene el control, y tampoco lo tienen las instituciones globales en las que ha confiado. En vez de eso, lo que estamos viendo es el resurgimiento de los estados nacionales, e incluso de los imperios.
Por ejemplo, Rusia, Turquía e Irán están decidiendo el futuro político de Siria sin que haya ninguna contribución útil de los Estados Unidos en absoluto. Significativamente, mientras que Rusia e Irán están en categorías propias en su posición opuesta a los Estados Unidos, Turquía ha sido un aliado de los Estados Unidos y tiene la segunda fuerza armada más grande de la OTAN. El hecho de que Turquía ya no esté dispuesta a complacer a los estadounidenses es muy revelador.
Excepto durante el extraño y tumultuoso siglo XX, durante el cual los EE.UU. pasaron brevemente por el escenario mundial, estos tres países tenían diferentes nombres, que comenzaban con la palabra “imperio”: el Imperio Ruso, el Imperio Otomano y el Imperio Persa. De estos tres, los imperios ruso y otomano fueron herederos del Sacro Imperio Romano Germánico, cuya mitad oriental, con su capital Constantinopla, continuó existiendo durante siglos después de que Roma se hubiera convertido en una ruina despoblada y una edad oscura hubiera descendido sobre Europa.
Después de que Constantinopla cayó en manos de los turcos y el Islam se hizo cargo de la región, el centro del cristianismo ortodoxo emigró al norte, a Moscú. Ahora añadamos China, o el Imperio chino si así se desea, que ahora está alineado con Rusia, y completamos el cuadro: todos los imperios eurasiáticos más grandes y antiguos han regresado y están dialogando y cooperando, mientras que el advenedizo del otro lado del planeta ni siquiera es invitado.
Dada esta situación, ¿qué van a hacer los Estados Unidos? Tiene tres opciones. La primera es iniciar una gran guerra, cometiendo así un suicidio nacional (al que serían arrastrados sus aliados). Carece de la voluntad política para tomar esta decisión, aunque podría equivocarse en una guerra importante, por accidente.
La segunda opción es básicamente doblegarse: renunciar a tratar de proyectar el poder en todo el mundo, retirarse a sus propias fronteras y lamer sus heridas. También carece de la voluntad política para hacerlo; todo lo que queda en el ámbito de lo posible es aparentar durante el mayor tiempo posible que todo sigue estando bien.
Pero ¿cómo es posible fingir que todo está bien cuando todo se está desmoronando? La respuesta es empezar a fingir. Si Estados Unidos logra convencer a suficientes personas, en su país y en todo el mundo, de que sigue siendo peligroso, entonces podrá ocultar un tiempo más su creciente debilidad. Puede que ya no sea capaz de lograr ninguno de sus objetivos, pero sigue siendo muy capaz de asesinar en masa, como se demostró con los bombardeos de la “coalición” estadounidense de Mosul [en Iraq] y Raqqa [en Siria], que ahora están en ruinas. Similares actos irracionales de asesinato en masa han sido cometidos por el poderhabiente arabesaudí de Estados Unidos en Yemen, y por sus poderhabientes ucranianos en el Donbass.
Pero incluso las oportunidades de cometer impunemente asesinatos masivos sin sentido son ahora cada vez más escasas, lo que obliga a los Estados Unidos a recurrir a más actos de violencia que son nada más que montaje. Para justificar estos actos, los EE.UU. (y gran parte de Europa) se aíslan del resto del mundo utilizando un muro cuidadosamente construido inspirado en el más puro sinsentido.
Un tópico favorito tiene que ver con las soñadas armas químicas como el principal elemento de infundir miedo. Demos un vistazo a un reciente ataque israelí con cohetes contra Siria. Se justificó usando obviamente imágenes de video falsas producidas por los Cascos Blancos, un grupo conocido por organizar actos terroristas falsos. En este punto, ni siquiera les importa lo falso que pueda verse su producto: esta vez, no se molestaron siquiera en editar bien el video (sincronizando imagen y sonido). Lo que se veía era obviamente un escenario de película, y los méritos del productor brillaban por su ausencia. Más bien teníamos a la vista actores, algunos con cascos blancos, pero sin ningún tipo de equipo de protección, tirando baldes de agua sobre niños temblorosos. Considerando que socorrían a la gente en un ambiente cargado de gases tóxicos, ¿cómo se supone que tuviera algún sentido trabajar sin guantes ni máscaras protectoras?
Y luego téngase en cuenta que los cohetes (cinco que fueron derribados por los sirios, y solo tres impactaron en el área prevista) vinieron de Israel. ¿Por qué Israel? Porque los rusos habían advertido a los EE.UU. que sabían que la falsa provocación con armas químicas se estaba organizando como pretexto para lanzar un ataque con cohetes, y que iban a disparar no solo a los cohetes, sino también a aquellos que los lanzaran. Por lo tanto, los estadounidenses decidieron que sería demasiado arriesgado lanzar el ataque desde sus barcos de guerra, y por eso pidieron a los israelíes que se hicieran el honor [en nombre de EE.UU.] de lanzar algunos misiles a una remota base aérea en Siria, pensando correctamente que los rusos no tomarían represalias inmediatamente contra Israel si ningún ruso salía lastimado, y sabiendo que no habría rusos en esa base aérea durante el ataque. Esto es, por un lado, bastante patético; pero, por otro, muestra que los estadounidenses todavía tienen un mínimo de pensamiento racional.
Este, entonces, es el extraño período de la historia que estamos atravesando. EE.UU. miente sin parar (ya que la verdad no está de su lado) mientras finge seguir siendo peligroso al cometer inmotivados actos de asesinato en masa (en pequeña escala, que puede estar seguro de llevar a cabo con impunidad).
Mientras tanto, tanto el suicidio nacional (a través de la guerra a gran escala) y la decisión de dar por terminado todo el proyecto imperial siguen siendo políticamente imposibles. No se sabe cuánto tiempo puede persistir este extraño e inestable período de tonterías asesinas —aquí cualquier pronóstico vale— pero obviamente la situación no puede continuar así durante siglos.
Démosle unos pocos años, o menos.
Traducción del inglés de Con nuestro Perú de
The US Has Lost Global Power, and Is Now Just Faking It
Veterans Today 23-06-2021
https://russia-insider.com/en/politics/us-has-lost-global-power-and-now-just-faking-it/ri23054
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