Un nuevo estudio realizado en Laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL), en los Estados Unidos, revela que las hormonas del estrés hacen que los glóbulos blancos creen vías para la metástasis del cáncer y aumente en cuatro veces la propagación de esta enfermedad.
El equipo de científicos descubrió que los glucocorticoides, un tipo de hormona del estrés, desempeñan un papel en la creación de un entorno propicio para la metástasis.
El laboratorio Egeblad, que se trasladó a la Universidad Johns Hopkins, estudia cómo la comunicación entre los tumores y el sistema inmunológico afecta el crecimiento tumoral y la metástasis en ratones. Los investigadores descubrieron la conexión accidentalmente, notando un crecimiento tumoral más rápido en ratones que habían sido estresados involuntariamente por un cambio de vivienda.
El fenómeno impulsó más investigaciones sobre la exposición al estrés crónico y cómo puede fomentar la propagación del cáncer. Se investigó esta conexión con un estudio con ratones que imitó el estrés crónico, lo que llevó a observaciones sorprendentes: un aumento en las lesiones tumorales y un aumento de hasta cuatro veces en la propagación del cáncer.
Las estructuras de “tela de araña” estimulan las células cancerosas
Según el estudio, publicado en Cancer Cell, el tamaño de los tumores mamarios aproximadamente se duplicó y la tasa de metástasis a los pulmones aumentó entre dos y cuatro veces en comparación con los ratones de control no expuestos al estrés.
Los investigadores descubrieron que el estrés crónico afecta a los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco, provocando un aumento en la activación de los neutrófilos en los tejidos donde van las células cancerosas.
Al observar el tejido pulmonar, los investigadores encontraron que el estrés crónico había alterado el ambiente interno del cuerpo de una manera que podría promover el crecimiento del cáncer al aumentar los neutrófilos y luego reducir las células T, células inmunes que matan las células cancerosas.
También se detectó más matriz extracelular, que es una red de proteínas que puede apoyar el crecimiento de células cancerosas. La matriz extracelular ayuda a las células a unirse a las células cercanas y desempeña un papel vital en el crecimiento y movimiento celular.
Los neutrófilos en los tejidos formaban estructuras similares a telarañas llamadas trampas extracelulares de neutrófilos (NET). Estas trampas son redes pegajosas de ADN destinadas a atrapar patógenos. Sin embargo, en el caso del cáncer, los NET no cumplen su función protectora habitual, explican.
En cambio, al parecer los NET, inducidos por el estrés, estimulan el crecimiento de células de cáncer de mama que llegan a los pulmones, lo cual muestra cómo el estrés crónico activa los neutrófilos, ayudando a que las células cancerosas crezcan.
Para confirmar que los glucocorticoides impulsan la formación de NET, lo que lleva a un aumento de la metástasis, los investigadores realizaron tres pruebas, cada una de las cuales interfiere con esta vía. Primero, eliminaron los neutrófilos de los ratones utilizando anticuerpos. Luego, inyectaron una enzima que disuelve NET. Por último, utilizaron ratones cuyos neutrófilos no podían responder a los glucocorticoides.
Cada prueba logró resultados similares: el agotamiento de los neutrófilos detuvo la metástasis inducida por el estrés.
El estrés crónico predispone a desarrollar cáncer
Los resultados del estudios muestran que los glucocorticoides liberados durante el estrés crónico provocan la formación de NET y establecen un microambiente que promueve la metástasis, escribieron los autores del estudio.
También se demostró que el estrés crónico puede hacer que se formen NET y cambien los tejidos pulmonares en ratones sin cáncer, esencialmente preparando el cuerpo para el cáncer.
Si bien este estudio destaca por qué controlar el estrés severo es fundamental para el tratamiento del cáncer, también señala posibles terapias que podrían apuntar a la formación de NET o bloquear los receptores de glucocorticoides.
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