¿Amnesia de cuerdas separadas?
Por herbert Mujica Rojas
Ha dicho, con la jactancia prodigiosa de los ignaros, el canciller José García Belaunde, que el año que acaba ha sido uno en particular de logros para la nación. Curiosamente y con respecto a los del sur, Chile, el 2008, constituyó una colección aberrante de arrodilladas, servilismos, complicidades y humillaciones por parte de Torre Tagle, de sus oficiales siempre derrotados y algo muy parecido hizo, desde Palacio, el presidente Alan García. El clímax impresentable llegó —y fue denunciado en la radio por César Hildebrandt— cuando el mandatario admonizó con voz grave que Chile podía molestarse si se persistía en actitudes —las únicas— dignas en Perú y en observancia del decoro y honra a los mártires que dieron todo por la patria.