Por Alfredo Palacios Dongo

El tema de la corrupción es un fenómeno antiguo muy conocido por todos los peruanos porque se ha desbordado como una verdadera pandemia e incrustado en la mayoría de instituciones, sus efectos son demoledores, no solo arrebata dinero de los recursos públicos (según Transparencia Internacional se pierden anualmente S/ 12,600 millones por corrupción) sino que su misma existencia socaba la estructura social y ética de nuestra sociedad, crea desconfianza, incentiva conductas abusivas y rompe el principio de legalidad. A raíz del caso Lava Jato la corrupción en nuestro país llegó a su máxima expresión cuando se confirmó que Odebrecht pagó sobornos por US$ 29 millones para ganar licitaciones involucrando a personajes que mostraron su verdadera miseria moral, entre ellos, ex presidentes, políticos, gobernadores, alcaldes, jueces, fiscales, funcionarios públicos, empresarios y profesionales.

¿Qué fue lo que cambió la historia? Dicen que Alan García estaba confiado, hasta que en el camino y sin que lo intuyera apareció el reportaje de IDL Reporteros sobre los pagos desde la caja 2 de Odebrecht. Luego de que García se refugiase en la residencia del embajador uruguayo, los dirigentes apristas informaban que le dictaminarían prisión preventiva en los próximos días, según «sus fuentes».

Por Raúl Allain (*)

Los actos de corrupción cometidos por funcionarios públicos tienen un costo social elevadísimo. Y quienes pagan las consecuencias son los ciudadanos, porque el saqueo de las arcas públicas impide que se puedan realizar obras de infraestructura y mejora de los servicios públicos de salud, educación, justicia y seguridad.

Por Herbert Mujica Rojas

La liza presidencial del 2016 verificó al Apra con un mísero 5.8% con ayuda. ¿AG llama a eso “gloria del aprismo que es mi única riqueza”? El personaje sí que navega por extremos, desde los más ridículos –golpe de Estado- hasta los más bobos cuando habla que para distraer la crisis económica, lo toman de pretexto.

Por Alfredo Palacios Dongo

La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) es el organismo rector de política y estrategia nacional en la lucha contra las drogas, sin embargo, no registra cifras oficiales de cantidad de cocaína que produce el narcotráfico en nuestro país, refiere extraoficialmente diferentes cantidades lo que obviamente distorsiona el diseño de estrategias y políticas y la elaboración de programas para enfrentar este flagelodichas cifras oficiales deberían estar incluidas en su página web y registradas en los monitoreos anuales de cultivos de coca de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)como sucede con los demás países.

2017: cocaína producida 491T, nivel más alto en 25 años