Por Guillermo Olivera Díaz*
Puedo aseverar, sin temor a equivocarme, que existe un verdadero torrente de sólidas pruebas (elementos de convicción) contra Keiko que sustentan su prisión preventiva. Un torrente que se hizo un mar profundo.
Me espanta, por ende, que el fofo keikismo afirme que nadie sindica a su lideresa y que nunca recibió los millones de dólares de la mega empresa brasileña corrupta y confesa ODEBRECHT, cuyo archimillonario mandamás Marcelo Odebrecht está condenado en última instancia y preso, en Brasil, en virtud precisamente de sus confesiones y de documentos incriminadores. Aceptó sus delitos y fue condenado.