Oriente Medio: la postura de Washington no convence
Por Adrián Mac Liman (*)
El “histórico” viaje de George W. Bush a Israel y los Territorios Palestinos precipitó la previsible ruptura de la frágil coalición de Gobierno israelí. La reanudación de los contactos entre el Ejecutivo de Tel Aviv y las autoridades de Ramala desencadenó la ira de los parlamentarios pertenecientes a “Israel Beteinu” (Israel es nuestro hogar). Una agrupación política de corte ultranacionalista liderada por inmigrantes procedentes de la antigua Unión Soviética. Su máximo exponente, Aviador Lieberman, judío de origen moldavo que ostentaba el cargo de viceprimer ministro encargado de cuestiones estratégicas, presentó su dimisión al no estar conforme con el enfoque de las negociaciones de paz. A su vez, los once diputados de “Israel Beteinu” retiraron su apoyo al partido de Olmert, instando a los demás grupúsculos nacionalistas a abandonar la coalición. Cabe suponer que otros partidos minoritarios seguirán el ejemplo de sus correligionarios rusos, aumentando los riesgos de ingobernabilidad del Estado judío.