La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló hoy que ya no hay emergencia internacional por pandemia de coronavirus COVID-19, hecho que determinaron por la reducción de casos graves y decesos a causa de esta enfermedad en todo el mundo.
El diagnóstico de la situación fue dado a conocer por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, tras la reunión del comité de emergencia del la OMS encargado de monitorizar la pandemia.
El saldo mortal de la pandemia en el mundo es de 20 millones de víctimas, y el total de contagios es de más 765 millones, según la OMS .
“Es un momento de celebración, logrado tras el incasable trabajo de millones de sanitarios, de mucha innovación e investigación, de difíciles decisiones tomadas por los gobiernos y de sacrificios que todos hemos tenido que hacer”, dijo Tedros y agregó que es un momento para la reflexión, pues las” cicatrices que nos han quedado deben servir de permanente recuerdo sobre el riesgo de que nuevos virus emerjan con devastadoras consecuencias”.
El funcionario subrayó que declarar el fin de la pandemia no significa que el covid haya dejado de ser una amenaza, y que todavía se registra una muerte en el mundo cada tres minutos, mientras que miles de personas en el mundo siguen luchando por su vida en unidades de cuidados intensivos y otras sufren las secuelas de esta enfermedad.
“Lo peor que los países podrían hacer ahora es utilizar esta noticia como excusa para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que han construido o enviar a la población del mensaje de que no hay que preocuparse ya”, advirtió.
Tedros manifestó que este virus que podría aún cambiar a variantes más letales y contagiosas, por lo cual la OMS seguirá en guardia, y anunció que por primera vez en la historia de la organización, pese a no haber emergencia internacional, se formará un comité de revisión que seguirá analizando periódicamente la situación del virus.
Prometió que el comité desarrollará recomendaciones de largo plazo para que los países puedan aplicarlas en la respuesta a la enfermedad, pues las redes sanitarias deben pasar del estado de emergencia a uno en el que se trate a la covid de forma similar a otras enfermedades infecciosas.
Falla de la OMS
Como se recuerda, la OMS tardó en declarar pandemia a la crisis por este virus, pese a que era evidente. En el mundo sólo el ministro de Salud de Alemania se adelantó en calificarla de pandemia.
Origen y miles de millones de intereses de las transnacionales farmacéuticas
Pese a las evidencias, todavía no se señala con claridad al origen de este virus, pues todo apunta a que se trató de experimentos financiados por los Estados Unidos en laboratorios chinos.
Esta crisis nos hizo ver la miseria humana de la gente que gobierna a los países, así, vimos a varios gobiernos que decidieron confiscar cargas de importación de insumos sanitarios pagados por diversos países, para apropiarse de ellos.
En la misma mezquina actitud, tras la difusión por parte científicos australianos de la eficacia de la ivermectina para prevenir esta enfermedad y tratarla en casos leves, moderados e incluso graves, la maquinaria de la mafia internacional de la industria farmacéutica, con la complicidad de autoridades de salud del gobierno estadounidense y otros, desataron campañas de desprestigio contra este fármaco, que hubiera frenado millones de muertes, todo porque no tiene patente y cualquier laboratorio lo puede producir, de modo que no obtendrían ganancias millonarias.
De igual manera, después de que Rusia fue el primer lanzar una vacuna eficaz, la Sputnik V, grandes intereses se encargaron de impedir que la OMS apruebe este fármaco, que demostró ser el mejor, además de no causar efectos adversos y finalmente, el científico que creó esta vacuna fue asesinado.
A la vez que combatían la distribución de Sputnik V, distribuyeron las pócimas de Pfizer, Moderna, Johnson & Johnson y Astrazeneca, que causaron efectos graves y hasta muertes, principalmente tras la inoculación de Pfizer y Moderna, que no son vacunas, sino terapias génicas en experimentación ARNm, que no pasaron las regulaciones farmacológicas y científicas debidas en los ensayos antes de lanzarlas al mercado, es decir, el mercado es el proveedor de humanos conejillos de indias. Lo grave es que diversos gobiernos se prestaron a mentir diciendo que son vacunas, que hasta hace unos meses habían dado a sus fabricantes una ganancia neta de más de US$90 mil millones.
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